Para los latinos y americanos

Puerco asado, bien doradito y crujiente el pellejo, jugosas masas de cerdo, asada ,  masas de puerco fritas, con cebollitas y limón; moro y congrí desgranadito, lustroso por la manteca, o en su lugar, arroz blanco también desgranado y potaje de frijoles negros, yuca blanda, a punto de desbaratarse ,  con un mojo de ajo, cebolla, naranja agria , tostones, tan crujientes como la piel del cerdo; y para cerrar, para que no nos acusen de que no comemos «sano», una buena ensalada de tomates maduros, con un poquito de vinagre.